Esa consideración se aplica a regiones como el País Vasco. Cataluña «Zona Conflictiva» supondría una serie de alicientes y retribuciones para los agentes

Lo que estos días se ha vivido en Cataluña es «la punta del iceberg». En eso coinciden buena parte de los guardias civiles desplegados en la región, quienes señalan que su día a día es cuanto menos «complicado». Hablan de «esconder el uniforme» y de la «presión» que viven sus hijos en la escuela. Por eso proponen que sea declarada Cataluña Zona Conflictiva, con la serie de alicientes que eso conlleva.

«Muchos guardias civiles se están planteando cambiar de destino a otras zonas más apacibles, donde poder desarrollar una vida normal». La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) lamenta que muchos de los agentes se estén planteando «una solución drástica», como el abandono de la región.

Aseveran que la tensión de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ha vivido una escalada desde el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. A su juicio, «la evolución del deterioro social que se sufre en Cataluña deriva a un conflicto social cada vez más radicalizado», con una desafección creciente hacia la Guardia Civil.
 
 

Otras regiones

APROGC ya planteó en el Consejo Asesor de la Guardia Civil que se celebró el 16 de noviembre de 2018 que Cataluña sea declarada una Zona Conflictiva. Con motivo de los disturbios que se han vivido estos días, vuelven a exigir el reconocimiento para la región. Una definición que haría de esta Comunidad Autónoma un destino más atractivo para los agentes destinados o para aquellos que son enviados allí.

No se trata de un término nuevo. La Zona Conflictiva ya existe en el País Vasco, herencia de décadas del terrorismo de ETA, especialmente virulento contra la Guardia Civil. Siendo una situación distinta a la vasca, los guardias civiles de la asociación insisten en que la presión es, en mucho casos, insostenible.

El reconocimiento de la Zona Conflictiva supone una serie de beneficios para los agentes, según APROGC. La más inmediata, una retribución mayor. También apuntan a un tiempo de mínima permanencia en Cataluña, para que después puedan elegir otro destino. En ese sentido, consideran que los agentes en Zona Conflictiva tendrán derecho preferente para ocupar vacantes de provisión normal.

Recompensas y abonos

No sólo eso. Esta declaración supondría que los guardias civiles en Cataluña puedan solicitar recompensas como la Cruz de la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil con distintivo blanco; el personal allí destinado durante 3 años, o aquellos que estén durante 30 meses en tramos alternativos, se les considere concentrados o desplazados.

Esto última implica que la medida no implique únicamente a los que estén destinados en Cataluña; también a aquellos que vayan en despliegues especiales durante periodos extensos, como los GRS que estos días protegen infraestructuras críticas en diferentes puntos de la Comunidad Autónoma.

Por último, la asociación de guardias civiles habla de un «abono de tiempo de servicio«: «Para cumplir los años de servicio que, con carácter general se establezcan en las diferentes convocatorias de cursos de ascenso a cabo, suboficial, y oficial».

APROGC afirma que, cuando planteó en noviembre de 2018 que Cataluña fuese declarada Zona Conflictiva, el Consejo Asesor de la Guardia Civil respondió de forma negativa.

Ante los acontecimientos que se viven estos días, insisten en su petición. Hablan de «asedios a las casas cuartel», de «la marginación de sus hijos en las aulas», que recuerdan «a otra etapa de nuestra historia, y otra Comunidad Autónoma».

elespañol.com

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