Asociación de alcohólicos rehabilitados de Ciudad Rodrigo: alcohol, no todo vale
Difícilmente nos podemos encontrar en nuestra actividad diaria, un problema tan difundido y dañino, como es la presencia de alcohol en nuestro entorno , eso conlleva a una infravaloración de su peligro. Son necesarias pues una serie de matizaciones para conocer más a fondo su problemática.
Es una de las llamadas drogas institucionalizadas y al igual que el tabaco, tienen
unas limitaciones en su adquisición y uso, generalmente ligadas a la edad, de difícil control por lo extendido y habitual de su uso, por ello es fácil contactar con la sustancia. Además genera rendimientos económicos importantes, mueve tanto dinero que se beneficia hasta el propio estado, eso se cuantifica, pero lo que no se mide es el coste de sus consecuencias negativas a nivel global.
Deberíamos distinguir conceptos tales como consumo ocasional, consumo peligroso y alcoholismo crónico con una premisa fundamental, que ningún tipo de esta forma de beber está exento de riesgo
También deberíamos aprender que el alcoholismo crónico, es una enfermedad “no un vicio” como desgraciadamente se etiqueta, el tóxico produce dependencia, por ello es una droga, las acciones a nivel del sistema nervioso central son pues las más peligrosas, aunque cierto es que afecta a otros órganos de nuestro cuerpo, a casi todos, a consecuencia de un consumo excesivo y continuado, por ello el tratamiento no debe
dirigirse solo a reparar estos daños, sino que es fundamental como ocurre con otras enfermedades mentales modificar conductas con ayudas farmacológicas o de apoyo psicológico.
Es evidente que la persona, no es capaz de dominar sus sentidos y raciocinio, eso es peligroso, para ellos y para su entorno, incluyendo la propia sociedad, eso no significa que debamos apartarlos, sino todo lo contrario, recuperar a estos individuos con ayudas sociales, médicas y sobre todo asociativas, las famosas terapias sirven de entrenamiento diario para evitar volver a caer, no olvidemos que el concepto de alcoholismo va ligado al peligro de las recaídas.
Durante la rehabilitación, estas personas se deben ir incorporando a sus actividades habituales, con la premisa de no volver a consumir alcohol durante el resto de la vida. Desde luego la única salida es la abstinencia total, el convencimiento del enfermo es fundamental, las medidas coercitivas, no se demuestran eficaces (son útiles mientras dura la pena) después la recaída es habitual.
El consumo ocasional excesivo, también es peligroso, sobre todo en jóvenes, pues disminuye o anula, una cualidad importante en la persona como es la percepción del riesgo, no se es consciente de los peligros que va a tener su actividad después de beber en exceso, nadie puede controlar los efectos nocivos de las intoxicaciones etílicas agudas, pues intervienen cantidad de variables. Cierto es, que las campañas de concienciación dirigidas sobre todo a jóvenes conductores, han sido medianamente
efectivas, pero estamos entrando en la cultura del control del riesgo (el que conduce no bebe, pero los otros, si están ebrios, no aseguran una conducción sin peligro). Las medidas debían ser de mayor calado, educativas y administrativas, hoy se patrocinan
botellones autorizados, como ferias de día, fiestas patronales, peñas… sin alcohol no hay diversión.
Se consume en jóvenes mas cantidad de alcohol en total que antes, pero queda la esperanza al menos que cada vez es menor el numero de los que beben alcohol. El consumo peligroso es aquel que aún sin caer en el etilismo crónico y no padecer intoxicación aguda, se bebe de manera continuada de forma diaria o de fin de semana, esa costumbre a la larga puede producir riesgo, pues aunque estén tipificadas en tablas los consumos de riesgo es muy difícil si se bebe a diario mantenerse sin sobrepasar limites.
Se debería prohibir el alcohol, cualquier cantidad (el efecto esta sujeto a muchas variables), cuando se realicen actuaciones en nuestra vida diaria que comporten cierto riesgo, como es conducir, trabajos especiales etc. Cuando hay problemas, hay que
buscar soluciones y en este caso esta claro, SI EL ALCOHOL NOS DAÑA, NO BEBER.
¿QUÉ HACER CUANDO NOS ENCONTRAMOS ANTE UNA PERSONA EN ESTADO DE EMBRIAGUEZ?:
- Impedir que se haga daño o dañe a otras personas, evitando que realice conductas peligrosas, como la conducción, comportamientos violentos, determinadas imprudencias, etc.
- Valorar someramente si necesita asistencia médica, en cuyo caso derivarle al Centro de Salud.
- No intentar razonar o discutir en esos momentos, esperar a que se le haya pasado la intoxicación.
Fdo: Equipo Técnico de ARCIU
– ANTONIO JULIÁN MARTÍN
– FRANCISCO JAVIER FERNÁNDEZ HERMIDA
– Mª JESÚS PRIETO ESPINOSA