Se habla mucho del fenómeno pero hay que dar un paso más: comprometerse. ¿Te anotás al #BullyingCero?
Tengo 43 años y he sufrido bullying. En aquella época no se llamaba así. Ni tenía tanta prensa porque estaba muchísimo más naturalizado. Todos nos burlábamos del gordo, del que tenía lentes, del que estudiaba mucho, del más pobre del colegio. Con las personas con discapacidad teníamos otro comportamiento. Entre lástima y agradecimiento por no tener cerca alguien “así”. Para mí la discriminación también es maltrato
Como siempre fui víctima de bullying porque era gorda, era mucho más cauta en criticar a los demás. Pero sin saberlo participaba no activamente del acoso colectivo hacia el blanco elegido por el grupito más popular del colegio. Participaba con vergüenza, no haciendo nada. Avalando el maltrato y la denigración hacia la víctima elegida al azar.
Porque quien sufre bullying no tiene una característica específica. Puede ser cualquiera. Puede ser tu hijo o tu nieto por quién sabe qué cosa.
Tengo un hijo. Lautaro. Tiene 5 años y está diagnosticado con autismo desde que era un bebé. Me costó mucho conseguir colegio para él porque nadie lo quería en su institución. Un chico con autismo está rodeado de prejuicios y tiene mala prensa. La discapacidad tiene mala prensa. ¿Para qué meternos en ese lío? Como yo, cuando avalaba en silencio el maltrato de una víctima.
Lautaro no ha recibido bullying por parte de sus compañeros. Pero sí por parte de adultos. Permanentemente. Por su manera de mover el cuerpo. Porque “tan grande con chupete” “tan grande con mamadera” “tan flaquito”.
Parecen comentarios hechos desde lo más sincero del corazón. Con un hondo sentido de la preocupación hacia el otro. Pues no lo son. Un comentario no pedido por nadie es una agresión.
¿Hay más bulling ahora que antes? No. Claro que no. Tiene más prensa porque los maltratados dejaron de callarse la boca. Porque las madres de los chicos victimizados empezaron a denunciar a las instituciones (cómplices), porque empezaron a pelearse con padres, maestros y directivos. Porque empezaron a poner en su lugar a aquellas personas falsamente bienintencionadas que creen que una “crítica constructiva” es beneficiosa.
Siempre pensé en las personas que maltratan. ¿Qué los lleva a hacerlo? Por supuesto, siempre en grupo porque la valentía te la debo, 4 gallitos de 9 años deciden burlarse de un niño de la misma edad con trastorno del lenguaje. Porque habla como bebé. “Ja ja ja, habla como bebé”.
¿De dónde sale esa actitud de los niños? ¿De dónde la sacan?
Un bullie es una persona rota. Tenés que tener una existencia muy desgraciada para burlarte de alguien que no tiene las mismas herramientas que vos. ¿Cómo un niño de 9 años puede estar así de roto? ¿Dónde están los padres? ¿Lo están mirando? ¿Pueden entender lo que ven cuando lo miran?
Un niño no bullea a otro porque sí. Ahí hay odio aprendido de alguna parte. Ahí hay una necesidad compulsiva para no mostrar su debilidad y descargar la miseria propia en la existencia ajena.
No. No hay más bulling que antes. Eso no es cierto.
Hay simplemente más conciencia de qué está mal hacer y qué no. Hay más registro de qué tipo de hijos estamos criando. Qué tipo de sobrinos. Qué tipo de nietos. Qué tipo de persona somos nosotros, los adultos, la fuente de toda la información, comportamiento y accionar de los niños.
Nosotros padres, maestros, tíos, vecinos. Nosotros adultos ¿cuánto hemos descuidado a los niños para que necesiten validarse a través de la agresión hacia el que no puede defenderse?
¿Cuánto maltrato solapado ejercemos los adultos diariamente?
¿De qué lado queremos que estén nuestros hijos? Los chicos en general. ¿Qué tipo de adultos queremos que sean?
El bullying no está bien visto. Poco a poco comienza a condenarse. Antes era una gracia, estaba avalado por todos nosotros. Ya no. Ya no es gracioso. Es siniestro. Siempre lo fue.
Lo que hacemos ahora es poner el foco en los maltratadores. Que sean ellos quienes obtengan la atención condenatoria. ¿Para castigarlos? No. Para que alguien tome las riendas del asunto y cambie. Para que unos padres distraídos empiecen a prestar atención. ¿Mi hijo hace eso? Si. Tu hijo hace eso.
El bullying es una barrera. Ya no queremos que los maltratadores sigan pasando. Ahora estamos despiertos. Vamos por el #BullyingCero.
¿Ustedes de qué lado van a estar?